A septiembre de 2020, el Banco Mundial había aprobado USD 5300 millones en préstamos para la región de África que se destinarán a 40 operaciones en el ejercicio de 2021 y serán posibles gracias a recursos de la AIF. En África, el Banco tiene una cartera activa de 719 proyectos por un monto total de USD 93 000 millones. Para responder a la pandemia, se han destinado más de USD 12 000 millones a operaciones de emergencia relacionadas con la COVID-19 en las áreas de salud, protección social y reactivación económica. Se están preparando más operaciones por un total de USD 50 000 millones.
Las principales esferas de actividades a largo plazo incluyen impulsar el capital humano y el empoderamiento de las mujeres, activar la economía digital en África, aumentar la integración regional (particularmente en el Cuerno de África y la región de los Grandes Lagos), ampliar el acceso a la energía renovable asequible, generar resiliencia frente al cambio climático y movilizar todas las fuentes de financiamiento en favor del desarrollo.
Algunos aspectos destacados de los resultados de desarrollo son:
Intensificación del apoyo a la integración regional en África
La cartera actual sobre integración regional asciende a más de USD 14 100 millones, con más de 80 proyectos en ejecución.
Una detección oportuna, pruebas tempranas y respuestas rápidas requieren colaboración transfronteriza y fuertes lazos de solidaridad entre los países vecinos y la comunidad internacional con el fin de combatir la propagación de enfermedades contagiosas. En el período posterior a la crisis del ébola en África occidental, el Banco Mundial movilizó más de USD 600 millones para lanzar el Proyecto de Mejoramiento de los Sistemas Regionales de Vigilancia de Enfermedades (REDISSE) dirigido a fortalecer los sistemas sanitarios y apoyar la vigilancia efectiva de enfermedades en 16 países de África central y occidental. El Banco también ha proporcionado USD 250 millones para ayudar a Etiopía, Zambia y la Unión Africana a implementar el proyecto de Centros Africanos de Control y Prevención de Enfermedades, que apunta a contrarrestar la propagación de enfermedades infecciosas y abordar problemas sanitarios a nivel regional y continental. Ambos proyectos han movilizado recursos para ayudar a los países a adquirir equipos de laboratorio y aumentar su capacidad de abordar la pandemia de COVID-19.
Fomento del empoderamiento económico de las mujeres y los jóvenes
El proyecto Empoderamiento de la Mujer y Ventaja Demográfica en el Sahel (SWEDD) se ejecuta en toda esta región para mejorar la disponibilidad y la asequibilidad de los servicios de salud reproductiva, fortalecer los centros de capacitación especializados para parteras rurales, mejorar los servicios de enfermería y realizar proyectos piloto dirigidos a las adolescentes y compartir conocimientos sobre dichas iniciativas. SWEDD pronto abarcará nueve países y recibirá USD 675 millones en financiamiento del Banco.
Inversión en la primera infancia para desarrollar capital humano resiliente
De los 250 millones de niños menores de 5 años que viven en África, un tercio presenta retraso del crecimiento y menos de una cuarta parte se encuentra matriculada en educación preescolar. Las inversiones en desarrollo en la primera infancia son clave para liberar el capital humano de un país e impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social porque proporcionan a los niños beneficios que durarán a lo largo de generaciones.
El equipo de África del Banco Mundial visualiza (i) una región donde todos los niños puedan llegar a la escuela bien alimentados y en condiciones de aprender, adquirir un aprendizaje real en las aulas e ingresar al mercado de trabajo como adultos sanos, calificados y productivos. Por lo tanto, la cartera actual incluye 162 proyectos sobre desarrollo humano por valor de USD 22 000 millones, y otros 100 proyectos similares que se encuentran en tramitación y cuyo monto total asciende a USD 14 000 millones.
En Níger, por ejemplo, el Banco Mundial apoya las Iniciativas de Resultados Rápidos (RRI) (i) en 100 días que reúnen a personal sanitario con miembros de la comunidad, a veces por primera vez, para desarrollar y probar formas de mejorar la eficacia de la atención de salud. El proyecto busca llegar a 15 millones de personas (60 % mujeres) y contribuye a disminuir la mortalidad materno-infantil y a aumentar la planificación familiar para beneficiar el desarrollo de los niños, el empoderamiento de la mujer y la reducción de la pobreza. En la República Democrática del Congo, el Banco apoya la introducción de educación primaria gratuita (i), lo que ha permitido que otros 2,5 millones de niños asistan a la escuela, y potencialmente sacar de la pobreza a 23 millones de congoleses de aquí a 2050.
Adaptarse al cambio climático y generar resiliencia frente al clima
Desde su puesta en marcha en 2015, el Plan de Negocios para África relativo al Clima ha logrado resultados importantes en las áreas de agricultura, gestión integrada de cuencas, economías de los océanos, resiliencia frente al clima en zonas costeras y energía renovable. En Zambia, Malí, Côte d’Ivoire, Lesotho y Zimbabwe, con el apoyo del mencionado plan, se han preparado planes de inversión en agricultura climáticamente inteligente, que contribuyen a esfuerzos para aumentar la seguridad alimentaria de los pobres en las zonas rurales mediante la diversificación de los cultivos, el riego alimentado con energía solar, la construcción de pozos, la recuperación de canales y la incorporación de los conocimientos sobre el clima en los planes de desarrollo nacional.
En la siguiente generación del plan (i) se establece un programa para ayudar a las economías de África al sur del Sahara a conseguir un crecimiento con bajas emisiones de carbono y resiliente ante el clima. En su calidad de principal fuente de financiamiento para la acción climática en África, el Banco usará este nuevo plan para aprovechar los buenos resultados del plan original, que incluyó el apoyo del Banco para 346 proyectos por valor de más de USD 33 000 millones en los últimos seis años.
En África oriental, el Banco Mundial está ayudando a las comunidades y hogares afectados a superar la peor plaga de langostas (i) en décadas. En el Sahel, el Banco está apoyando a más de 1 millón de pastores a adaptarse a los impactos del cambio climático y a proteger sus medios de subsistencia.
Acelerar la economía digital y las tecnologías de avanzada
El Banco Mundial está respaldando la visión de África para lograr el acceso universal y asequible a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para todas las personas, las empresas y los Gobiernos africanos antes de 2030, con un objetivo provisional de duplicar la conectividad de banda ancha en cada país a más tardar en 2021.
En Malawi, el Proyecto de Bases Digitales complementa los esfuerzos del Gobierno en materia de transformación digital apoyando mejoras al marco jurídico/regulatorio y fortaleciendo la capacidad institucional y humana; promoviendo acceso a Internet asequible y de buena calidad para todos, y fortaleciendo la capacidad del Gobierno de prestar servicios a los ciudadanos y llevar a cabo sus actividades de manera electrónica.
En todo el continente, el Banco ha liderado los diagnósticos de los países relativos a la economía digital (DE4A) en más de 20 naciones (finalizados y en curso en el ejercicio de 2020) para evaluar el estado actual de la economía digital en cada país. Otros 15 países han solicitado la realización de diagnósticos en el ejercicio de 2020. El Banco tiene 15 operaciones de inversión activas y otras 29 en preparación en África. Todas estas contribuyen a la puesta en marcha de la iniciativa DE4A e incluyen un componente de infraestructura de banda ancha por una inversión total de USD 5500 millones.
Aprovechar los avances tecnológicos para ampliar el acceso a energía limpia y confiable
El acceso a la energía en África, que llega a solo el 37 % de la población, es inferior al de otras regiones y representa una carga insostenible para el crecimiento. El Banco está apoyando operaciones en África para aumentar el acceso mediante la extensión de la red eléctrica y la ampliación de la red de trasmisión, soluciones innovadoras de electrificación sin conexión a la red, la expansión de la capacidad de generación en base a energías renovables, el desarrollo de redes eléctricas regionales y el aumento de la eficiencia del servicio.
En toda África, muchos proyectos financiados por el Banco Mundial, como el Proyecto de Energía de Azito en Côte d’Ivoire (i) están atrayendo capital privado y reduciendo la deuda pública, así como disminuyendo el costo general de los servicios de electricidad. Además, el Banco está apoyando el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías, como soluciones para acumular energía solar, medidores inteligentes, los pagos de servicios públicos mediante teléfonos móviles, las imágenes y el trazado de mapas por vía satelital, la transmisión de corriente continua de alta tensión y sistemas de energía solar para uso doméstico y minirredes. En Burundi, un proyecto de energía solar casi duplicará la tasa de acceso a electricidad en el país (i) ampliando el acceso para las familias rurales, las empresas locales, las escuelas y los centros de salud en algunas de las zonas más pobres del país.
Apoyar el gobierno inclusivo y transformar las economías
La labor que lleva a cabo el Banco Mundial en materia de gobierno e inclusión en África se funda en permitir la prestación eficiente e inclusiva de servicios, como tribunales judiciales, gestión de desechos y redes de protección social, además de construir instituciones y sistemas resilientes a las presiones económicas, sociales y ambientales. Al crear condiciones sólidas para la inversión y mantener la continuidad de los servicios estatales, las empresas pueden prosperar y los ciudadanos pueden acceder a los servicios que necesitan, logrando así mayor estabilidad. La tecnología también afecta la forma en que los Gobiernos funcionan e interactúan con los ciudadanos, aumentando la transparencia y la eficiencia en la prestación de servicios. La región sigue trabajando para conectar a todas las personas, las empresas y los Gobiernos antes de 2030.
En marzo de 2020, Somalia comenzó a recibir alivio de la deuda en el marco de la Iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados (PPME), que ayudará al país a reducir su deuda de USD 5200 millones a fines de 2018 a UDS 557 millones una vez que alcance el punto de culminación en un plazo aproximado de tres años. El Banco cumplió un rol destacado en ayudar a Somalia a lograr esta meta, otorgando USD 140 millones en donaciones para liquidación anticipada de atrasos durante el ejercicio de 2019 y USD 375 millones en financiamiento para políticas de desarrollo destinadas a fortalecer la capacidad del Estado, la gestión financiera y la transparencia, además de promover el crecimiento inclusivo liderado por el sector privado.
Desde marzo, el Banco ha proporcionado casi USD 400 millones en financiamiento (i) para ayudar a abordar las crisis urgentes que afectan a Somalia y, al mismo tiempo, colaborar en la planificación de reformas y objetivos de desarrollo a largo plazo en este país.